martes, 7 de junio de 2016

LOS BENEFICIOS DEL PETRÓLEO SIGUEN LLEGANDO AL PUEBLO A PESAR DE LAS DIFICULTADES



Una de las críticas que se les hace a quienes estén gobernando, es que tienen la oportunidad de manejar millones de dólares producto de las ventas de petróleo a países todopoderosos como Estados Unidos. Para nadie es un secreto que la riqueza petrolera es la que anima a muchos políticos a querer llegar al poder para gerenciar cualquier ministerio donde se pueden manipular enormes presupuestos.
Y casi todos sabemos que desde que las empresas petroleras extranjeras llegaron al país durante el gobierno del general Gómez, allá por 1908, le endulzaron la vida al presidente y este a sus familiares y amigos, con lo cual los gringos obtuvieron las mejores concesiones para explorar y explotar el crudo. Gracias a esas concesiones se estableció la infraestructura necesaria para la naciente industria de hidrocarburos. Desde entonces, la explotación petrolera fue un gran negocio para los gringos y un enorme beneficio para los miles de burócratas que pasaron por los sucesivos gobiernos que tuvo el país. Uno de los períodos más famosos en que se cita el aprovechamiento masivo de los beneficios del petróleo, fue el correspondiente a los 40 años en los cuales estuvieron en el poder adecos y copeyanos. Para entonces la industria petrolera, manejada totalmente por los estadounidenses, beneficiaba a una mafia política que se apoderó de lo que pagaban Shell, Creole Petroleum Corporation, Mobil, Mene Grande, Sinclair, y otras compañías menores.
En 1976 hubo una supuesta nacionalización, con lo cual estas compañías cambiaron de nombre, y aparecieron Maraven, Lagoven, Corpoven, Meneven, CVP, etc., pero igualmente controladas por las corporaciones extranjeras. A los burócratas de esa época lo único que le interesaba era tener un buen puesto en cualquiera de tales empresas, disfrutar de un sueldo ostentoso y una serie de beneficios a todo tren, es decir vivir como reyes ellos y sus respectivas familias.
Si bien en esa época los gobiernos aprovechaban parte de los ingresos petroleros para generar obras y cumplir con la mayoría de los compromisos referentes a salud, educación y otros compromisos gubernamentales, la mayor parte se iba por vía secretas a engordar las cuentas de una mafia política que siempre estaba en el poder, así fue como se hicieron ricos una serie de doctores y no tan doctores que cuando no eran ministros eran cancilleres, senadores, diputados, embajadores, etc., etc, y durante años aparecían en los periódicos una y otra vez, siempre los mismos burócratas.
Los ingresos petroleros no se empleaban para sacar a la gente de la pobreza ni para que hubiera un mejor sistema de salud o educación. Hubo en cierta época un excelente sistema de viviendas bajo un ente denominado Banco Obrero, pero sólo para familias con recursos económicos, no para los damnificados, ni para los desposeídos. En las urbanizaciones se vivía bien, pero existían miles de barrios donde lo que imperaba era la más extrema pobreza. A muchos no les gusta que se compare el pasado con el presente, pues adoran citar esa frase que indica que “con los adecos se vivía mejor”.
Cualquiera que estudie con suficiente paciencia la historia democrática de Venezuela podría comprobar los cambios entre ayer y ahora. Por ejemplo, el único sistema de alfabetización para los que no pudieron ir a la escuela, fue aquello que llamaron Acude, una cajita que contenía un pequeño tocadiscos, varios discos, algunos libros y lápices, un combo que no se consideraba parte de la educación gratuita pues costaba 50 Bs (el salario básico eran 700 Bs.), y obviamente era un producto comercial con el que muchos políticos hicieron negocios.
Bueno, olvidemos por ahora el pasado y abramos los ojos, porque aun con los ingresos petroleros muy por debajo de lo que debería ser, vemos como en los últimos tiempos en Venezuela se consolidan proyectos que van en beneficio de la población, principalmente el relacionado con las viviendas. Pero la guerra ideológica malsana es tan bestial que han logrado convencer a mucha gente de que los males que azotan al país son por culpa del gobierno actual, y ninguno de estos convencidos se detiene a analizar, aunque sea por un momento, quiénes son realmente los que frenan la distribución de alimentos, medicinas y productos de todo tipo para que la población no los consigan con regularidad.

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