miércoles, 2 de noviembre de 2011

EL TRABAJO POR TURNOS

A menudo, los trabajadores por turnos y los nocturnos están cansados por causa de su calendario de actividad. Es difícil concentrarse cuando una persona está demasiado cansada y eso aumenta la posibilidad de errores o accidentes. Esta situación podría constituir un riesgo para el trabajador y el público. El estrés del trabajo por turnos también puede agravar las afecciones de salud, como las enfermedades del corazón o las afecciones digestivas.
¿Cómo ocurren estos peligros?
Es difícil dormir lo suficiente cuando una persona trabaja de noche. El sueño del trabajador nocturno es usualmente más corto y menos satisfactorio que el de quien duerme durante horas normales de la noche. Las funciones del cerebro y del cuerpo se hacen más lentas en la noche y en la madrugada. La pérdida de sueño en combinación con el trabajo cuando el cuerpo está en ese punto bajo puede causar fatiga excesiva y somnolencia. Es más difícil hacer bien el trabajo, lo que aumenta el riesgo de accidentes. También el trabajo por turnos puede causar estrés debido al cambio frecuente de calendario, cuando se pasa a laborar de día y luego de noche. La separación de la familia y de los amigos también puede causar estrés. Estos factores suelen perjudicar la salud.
¿Cómo pueden evitarse estos peligros?
Muchos no pueden evitar el trabajo por turnos de noche o de rotación. Los enfoques para las organizaciones o los grupos incluyen cambios en el calendario de trabajo y en la repartición del mismo, mejoramiento del ambiente y establecimiento de programas para crear conciencia sobre este tema entre los empleados. Los enfoques individuales incluyen estrategias mejoradas para dormir, programas de ejercicio y técnicas para relajarse.
El trabajo por turnos supone estar en actividad fuera de las horas normales del día, es decir el período durante el cual muchas personas trabajan de 7 u 8 horas. Los trabajadores por turnos pueden trabajar por la tarde, en la mitad de la noche, horas extras o días muy largos. También pueden laborar algunas veces en horario normal.
Muchos trabajadores por turnos tienen jornadas que rotan, lo que supone cambios de las horas de trabajo de la mañana a la tarde o del día a la noche. Estos cambios podrían ocurrir en días diferentes de una semana o de un mes. Los policías y los bomberos, por ejemplo, a menudo tienen horarios que rotan. Otros trabajadores pueden trabajar un turno "permanente" y trabajar solamente por la noche o por la tarde. Los mesoneros, por ejemplo, podrían trabajar sólo el turno entre finales de la tarde y parte de la noche, otros solamente al mediodía, dependiendo de las normas de los sitios donde laboren.
En casi cualquier ocupación o industria existe la imperiosa necesidad de trabajar por turnos. Una revisión rápida de las listas de estadísticas muestra que aproximadamente entre el 2 y el 10 por ciento de los empleados de casi cualquier ocupación tienen actividad en los turnos de la tarde, de la noche o tienen rotaciones. Entre los policías, los bomberos y los médicos esto se presenta más a menudo. Más de la mitad de ellos trabajan por la tarde y por la noche y aproximadamente un cuarto de ellos cambian de turno periódicamente. Muchos operarios del transporte y de empresas de servicio público (aproximadamente un quinto de ellos) también trabajan por turnos. Los camioneros que cubren largas distancias recorren a menudo más kilómetros por la tarde o por la noche.
Algunas personas no prefieren la faena diurna, y la mayoría no tiene predilección por los turnos. Los motivos de los que escogen la jornada por turnos incluyen un mejor salario, más tiempo libre durante el día para cuidar a los niños, más horas para la recreación y más tiempo para estudiar. Algunos optan por el turno nocturno porque es más tranquilo y porque hay menos supervisores. Sin embargo, usualmente dicen que no escogieron los turnos, sino que lo hacen porque la actividad lo requiere o porque no hay ninguna otra cosa disponible.
¿Por qué causan inconvenientes estos turnos en muchas personas? Por razones lógicas, quienes cumplen compromisos laborales cuando el resto de los mortales está durmiendo a menudo sufren ataques recurrentes de sueño, teniendo que optar por el consumo de café para mantener la vigilia. Y en el día, cuando supuestamente deberían sentirse descansados como para dormir a cabalidad sienten que algo les indica que van por el camino equivocado; esto ocurre porque el ritmo circadiano del cuerpo les señala la necesidad de dormir en las horas correctas. En otras palabras, el trabajador nocturno tiene que dormir de día cuando su ritmo circadiano le dice que debe estar despierto, en consecuencia el sueño de día se acorta y parece "ligero" o no satisfactorio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario