RAFAEL PERICANA, AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD, EN UNA MISIÓN SOCIALISTA Y REVOLUCIONARIA.

Donativo de silla de ruedas.

Nos honra dedicar este artículo a alguien que sabe de solidaridad, pues durante mucho tiempo ha sido el enlace entre quienes se han visto ante imperiosas necesidades por motivos de salud u otros graves inconvenientes, y los que han podido facilitar esa ayuda. Nadie mejor que un hombre del pueblo, conocedor del sin fin de problemas a que puede ser sometida una persona determinada cuando sus recursos no son suficientes para cubrir los gastos de soluciones médicas, ahí es cuando interviene Rafael Pericana, que si bien de por sí no posee ni insumos ni dinero para ayudar directamente, está en capacidad de asumir la tarea de velar porque la canalización del problema sea la idónea y poder lograr el respaldo necesario para el caso.

Entrega de enseres.

Desde hace cierto tiempo Pericana se ha convertido en una especie de Ángel de la Guarda para mucha gente: él le ha metido el pecho al problema, previa verificación de que el caso sea real y comprobable la situación del necesitado, posteriormente hace las diligencias pertinentes y si hay viento favorable la situación puede solventarse. Este noble benefactor está agradecido de los aportes que al respecto le ha brindado PDVSA, especialmente a través de las respectivas gerencias de los Mejoradores y muy en especial de altas autoridades como Pedro León. Eulogio Del Pino y en gran medida Rafael Ramírez, quien hasta hace poco fuera presidente de PDVSA. Gracias a Rafael Pericana se han obtenido muletas, sillas de rueda, aportes para alguna operación quirúrgica, etc., y la única satisfacción que le asiste es haber ayudado al prójimo, pues dice que se mantiene fiel a los predicamentos del desaparecido presidente Hugo Chávez Frías, quien dio prioridad a los pobres por encima de todas las cosas.

Felicitaciones a Pericana por esa invalorable tarea, sabemos que su tenacidad y el empeño puesto en ayudar a los demás le serán recompensados de alguna manera, primero por el agradecimiento de la gente que ha ayudado, y segundo por el seguimiento que Dios hace de las buenas obras hacia los demás.