viernes, 25 de mayo de 2012

CUIDADO CON EL MONÓXIDO DE CARBONO

El monóxido de carbono (CO) es un gas venenoso, incoloro, sin sabor ni olor. Se genera como producto de desecho en la combustión incompleta del carbón, madera, aceite y otros productos del petróleo (por ejemplo, gasolina, propano, etc.). Su fuente principal son los motores de combustión interna. El gas CO también se genera en operaciones industriales tales como reparación de automóviles, refinación del petróleo y manufactura de acero y productos químicos.
Al ser un gas asfixiante químico, reduce la habilidad de la sangre de transportar oxígeno. Al principio la inhalación del CO puede ocasionar dolor de cabeza, náusea, mareo, debilidad, respiración rápida, pérdida del conocimiento y en consecuencia la muerte. Altas concentraciones de CO actúan fatal y rápidamente en el organismo, sin presentar síntomas significativos de su presencia.
La exposición leve a este gas puede agravar enfermedades preexistentes del corazón y del sistema circulatorio. Si se sospecha envenenamiento por CO, transporte a la persona de inmediato al aire fresco, alejado de la fuente de emisión. El envenenamiento es reversible si se trata a tiempo.
Peligro inminente:
El gas CO penetra fácilmente. Es muy inflamable. Puede reaccionar fuertemente con el oxígeno, acetileno, cloro, flúor u óxido nitroso.
Los trabajadores con mayor probabilidad de resultar expuestos al monóxido de carbono son los soldadores, mecánicos, bomberos, operadores de motores diesel, conductores de montacargas, recolectores de peaje o trabajadores en túneles, policías, conductores de taxis, trabajadores en recepción y embarque de mercancías y personal de almacenes.
Para reducir las probabilidades de envenenamiento por monóxido de carbono en el sitio de trabajo:
Deben instalarse sistemas de ventilación que lo dispersen con facilidad.
Mantener en correcto funcionamiento los equipos que puedan producirlo.
No usar equipos propulsados por gasolina en zonas cerradas o áreas con mala ventilación.
Imprescindible la instalación de detectores de CO con alarmas audibles. Trate de mantener los detectores al menos cerca de cualquier aparato quemador de combustible, y bastante alejados de lugares con mucha humedad (como baños y cocinas) ya que la humedad suele provocar lecturas incorrectas. Controle las baterías de su detector con frecuencia, para que estén siempre en perfecto funcionamiento.
Informar a los trabajadores sobre las fuentes de emisión de monóxido, los peligros que se corren ante su presencia y los controles que podrían aplicarse para evitar males mayores.
En Estados Unidos, por citar un ejemplo masivo, las fugas de CO son responsables de aproximadamente 500 muertes por año y más de 15,000 visitas a la sala de emergencia. Sin embargo, como la intoxicación por CO suele no informarse, la cantidad de casos es probablemente más alta.
Detalles a tener en cuenta
La afección por monóxido de carbono no suele presentar gravedad si los niveles de su presencia en el organismo no superan al menos un 10 por ciento en el torrente sanguíneo, caso en el cual suele parecerse a un resfriado o gripe ligera. Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza, fatiga, una leve confusión, respiración y ritmo cardíaco irregular, náuseas y ataques de tos
Cuando los niveles de CO superan el 20 por ciento, la intoxicación es generalmente fatal.
¿Qué hacer ante la sospecha de la presencia de CO?
Evacúe el lugar inmediatamente.
Llame a los entes encargados de cubrir estas emergencias.

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