jueves, 17 de febrero de 2011

EL ESTRÉS LABORAL

Las exigencias de una sociedad más competitiva nos llevan a tener que aceptar más responsabilidades de las que podemos cumplir. El precio que pagamos por ello puede ser el estrés.
La terminología médica del estrés se define como la "respuesta no específica del organismo a cualquier situación de presión social, laboral, familiar o de cualquier índole fuera de lo común". En otras palabras, todo estímulo, emoción o percepción que coloca a nuestro organismo en estado de alerta es estrés. Podemos decir entonces que es la respuesta del organismo para adaptarse a una nueva situación.
El mecanismo de estrés se caracteriza por una actuación concreta del sistema nervioso simpático y la importante descarga de adrenalina en la acción. La recuperación llega por la acción de su sistema nervioso parasimpático que pone en marcha la acción inversa: descenso de la tensión muscular y arterial, descarga de sustancias hormonales conducentes al descanso.
Tres etapas se distinguen en la respuesta del estrés. En la primera etapa, la de alarma, el cuerpo reconoce el estrés y se prepara para la acción, ya sea de agresión o de fuga. Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, elevan el nivel de azúcar en la sangre, incrementan la transpiración, dilatan las pupilas y hacen más lenta la digestión. En la segunda etapa, la de resistencia, el cuerpo repara cualquier daño causado por la reacción de alarma. Sin embargo, si el estrés continúa, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños. Si continúa la resistencia se inicia la tercera etapa, agotamiento, cuya consecuencia puede ser una alteración producida por el estrés. La exposición prolongada al estrés agota las reservas de energía del cuerpo y puede llevar en situaciones muy extremas incluso a la muerte.
Consecuencias físicas y alteraciones producidas por el estrés
La respuesta física constituida por el estrés es pura y simplemente una preparación del cuerpo para la acción inmediata. La desencadena el hipotálamo (en el cerebro) y hace que el organismo, automáticamente libere adrenalina al torrente sanguíneo (energía), interrumpa el funcionamiento del aparato digestivo, espese la sangre (para favorecer la coagulación en caso de heridas), bombee sangre a los músculos y órganos vitales de todo el cuerpo.
El exceso de adrenalina liberado tiende a descalcificar los huesos, provocando depósitos calcáreos en las paredes arteriales, con su consecuente acción negativa sobre el sistema inmunológico.
Enfermedades causadas o agravadas por el estrés psicológico
Estos trastornos psicosomáticos generalmente afectan al sistema nervioso autónomo, que controla los órganos internos del cuerpo. Ciertos tipos de jaqueca y dolor de cara o espalda, el asma, la úlcera de estómago, la hipertensión y el estrés premenstrual son ejemplos de alteraciones interrelacionadas.
Los médicos han reconocido desde hace tiempo que las personas son más proclives a enfermedades de todo tipo cuando están sometidas a un gran estrés. Los acontecimientos negativos, tales como la muerte de un ser querido, parecen causar el suficiente estrés como para reducir la resistencia del cuerpo a la enfermedad. Sin embargo, las circunstancias positivas, tales como un nuevo trabajo o el nacimiento de un bebé en casa, también pueden alterar la capacidad normal de una persona para resistir la enfermedad. Los sociólogos han elaborado una lista de situaciones vitales y han calculado el relativo efecto del estrés en cada una de ellas. Así, por ejemplo, la muerte del cónyuge encabeza la lista con un 100, mientras que los problemas con el jefe representan un 23; ser despedido, un 47; ir a la cárcel, un 63; cambio en los hábitos de sueño, un 16, y un 73, divorciarse.
Causas
Hay muchos otros factores que también pueden ocasionar alteraciones producidas por el estrés. Entre los que actualmente se investigan podemos mencionar un cierto tipo de conducta que los científicos llaman ‘tipo A’, un término que originalmente se aplicó a personas proclives a enfermedades coronarias. El estilo de enfrentamiento tipo A, caracterizado por una competitiva y absorbente intensidad, es común en las sociedades desarrolladas, y cada vez existen más pruebas de que esta clase de conducta está asociada con una incidencia cada vez mayor de varias alteraciones producidas por estrés.
Otras alteraciones relacionadas con el estrés y de orden más común son los problemas gastrointestinales. Los más serios son las úlceras pépticas y la anorexia nerviosa. Las alteraciones respiratorias también pueden ser consecuencia del estrés. La más común de ellas es el asma, que puede estar producida por contratiempos de tipo emocional. Las situaciones más traumáticas, como pueden ser accidentes, pueden ocasionar una alteración hoy llamada alteración de estrés post-traumática.
Tratamiento
El tratamiento de las alteraciones producidas por el estrés se limita a veces a aliviar el síntoma físico concreto. Por ejemplo, la hipertensión se puede controlar con fármacos. Los tratamientos psicológicos van dirigidos a ayudar a la persona a solucionar la causa del estrés o bien a enfrentarse a ella de una manera más eficaz. A menudo se recomienda la combinación de tratamientos físicos y psicológicos.

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