jueves, 17 de febrero de 2011

ACCIDENTABILIDAD Y SUEÑO

Hay factores que debemos tener en cuenta por su influencia en el rendimiento, la seguridad y la prevención. Algunos de estos son: el horario de trabajo, el trabajo nocturno y el dormir de manera insuficiente.
El sueño es una necesidad biológica potente y vital. La falta del mismo nos genera inestabilidad emocional. Si despreciamos esta necesidad, durmiendo poco, trabajando en horario nocturno (normalmente de 12 de la noche a 5 de la mañana), violando las exigencias más primarias de la higiene del sueño, podemos estar fomentando una incapacidad latente a la que ahora no damos importancia, pero que aparecerá.
El efecto perjudicial del sueño insuficiente y perturbado, la privación crónica del tiempo aconsejado para dormir, y el prolongado mantenimiento de la situación en estado despierto, resulta acumulativo y puede influir, aumentándolo, sobre el riesgo de accidentes o errores.
Los incentivos económicos y sociales, con distancias más grandes a los lugares de trabajo, llevan apareado un incremento de la presión para espacios de tiempo más largos e intensos. Estas situaciones pueden agravar los problemas de cansancio derivados de las exigencias de rendimientos en el trabajo.
Los trabajadores del turno de noche tienen el riesgo de, involuntariamente, poder quedarse dormidos en el trabajo sobre todo si es tedioso, rutinario y estático, y más aún, en el camino de vuelta a casa (si conducen) con el consiguiente peligro de accidente. Las autopistas y otras vías de flujo automotriz rápido son especialmente propicias para los accidentes. Más de la mitad de los casos se producen entre hombres de una edad inferior a los treinta años, aunque se elimine el alcohol como factor causal. En los procedimientos actuales de registro e informe de accidentes cabe la posibilidad de que estén infravalorando la incidencia de los choques de vehículos causadas por conductores con problemas del sueño.
La frecuencia de la situaciones de sueño relacionadas con las exigencias de productividad (hay centros de trabajo en los que se trabaja por la noche con el mismo ritmo que en los horarios correspondientes a los turnos de la mañana y la tarde), y rendimiento se ha comprobado que es una de las causas de accidente industriales y de transporte más importante que lo reflejado en las cifras y estadísticas de procedencia oficial.
Asistimos a una ausencia de disposiciones legales adecuadas referidas a las horas de trabajo, que conlleva a que existan lugares donde se multiplique el peligro para la seguridad personal, publica y medio ambiental.
A modo de resumen de lo anteriormente visto, creemos que son más que recomendables, seguir algunas indicaciones que a continuación redactamos:
Prestar una mayor atención a las disposiciones que regulan los horarios de trabajo y descanso.
A nivel sindical, elevar a los gobiernos junto con los empresarios, especialistas médicos, la necesidad de desarrollar disposiciones sobre nuevos horarios de trabajo basados en las conclusiones de los estudios científicos contrastados. Pero también se necesita la colaboración persistente de los trabajadores.
Considerar sistemáticamente el papel jugado por el sueño en la investigación de accidentes.
Establecer un conjunto de criterios uniformes para el registro normalizado de los accidentes relacionados con fallos en el sueño, no sólo por carencia del mismo.
Desarrollar campañas de educación pública sobre la importancia de dormir correctamente, así como sobre los efectos negativos de dormir poco y sobre los síntomas de los trastornos del sueño.
Prestar, por último, mayor atención a las medidas preventivas contra los accidentes relacionados con el sueño.

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